
Pautas para mejorar la tolerancia a la frustración
La baja tolerancia a la frustración de los hijos es una de las demandas que más suelen traer a consulta los padres y que más ayuda requiere, y es que no existe familia que no se haya visto en un apuro cuando los hijos explotan porque las cosas no salen como ellos quieren.
Es totalmente natural que nuestro hijo o hija se enfade cuando las cosas no salen como esperaba y que no sepa gestionar bien estas emociones tan potentes debido a su limitada madurez cognitiva. Sin embargo, estas situaciones empiezan a convertirse en problemas cuando como padres interpretamos que la frustración supone un gran sufrimiento para nuestro hijo y que por ello debemos evitarle pasar por tal trance o simplemente lo evitamos por cierta comodidad nuestra y, finalmente, esto nos lleva a acceder a lo que ellos quieren por tal de que no se desate la tempestad.
En este momento es cuando comienzan las dificultades porque nuestro hijo aprende que al final siempre se va a salir con la suya o, aún peor, que la expresión de su enfado a modo de explosión le sirve como mecanismo para conseguir sus deseos.
Cuando esto ocurre se le otorga a nuestro hijo un poder que no le corresponde y, en consecuencia, la convivencia en la familia se ve muy afectada. Por ello, es sumamente importante enseñarlos a gestionar estas emociones de frustración sin perder de vista los límites que hemos establecido como padres.
A continuación, describo una serie de consejos o recomendaciones para facilitar que nuestro hijo o hija aprenda a manejar la emoción de la frustración.
- Exponerlo a su frustración. Nuestro hijo o hija tiene que aprender a frustrarse y por ello no debemos evitarle estas situaciones. Trataremos de ser empáticos con su frustración comprendiendo su enfado y haciéndoselo saber, pero sin ceder a sus exigencias.
- Cuando le encarguemos tareas que no quiera hacer o que le resultan difíciles de llevar a cabo, dividirlas en pequeños pasos y reforzar cada vez que consiga uno alabándola.
Como ejemplo podemos tomar la tarea de ordenar los juguetes:- Buscamos la caja de los juguetes.
- La colocamos encima de la mesa.
- Cogemos los juguetes uno a uno y los vamos metiendo.
- Devolvemos la caja a su sitio.
- Ayudarle a anticipar consecuencias. Ayudarle a anticipar las consecuencias de sus comportamientos mejorará su capacidad de reflexión. Ejemplo: si vas corriendo con el vaso de agua, ¿qué crees que
pasará? Pues efectivamente se caerá y te mojarás, por eso no debes ir corriendo con él. - Establecer unos límites claros y respetarlos en todo momento. Se explica de manera clara y se pregunta si hay alguna duda y la resolvemos. Después de esto no podemos debatir y ceder.
- Enseñar a identificar el sentimiento de frustración cuando aparezca en otra persona o en ellos mismos. Por ejemplo, “Estás enfadado porque no has hecho bien esta tarea. Inténtalo con otra, tómate más tiempo”.
- Enseñarle técnicas de relajación tipo mindfullness.
- Cuando como padres estéis enfadados, poneros de ejemplo para él y decirle que os vais a tomar un pequeño rato contando hasta diez para que se os pase la rabia.
- No regañar o sermonear cuando está en el momento más álgido de su enfado, dejar que se le pase y cuando haya bajado la intensidad de la emoción entonces razonamos y aplicamos la consecuencia oportuna.

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